' *Ruy Díaz de Guzmán - Historia argentina del descubrimiento, población y conquista de las provincias del Río de la Plata - 01/01/1612 de ( registros) Wildcard SSL Certificates
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Ruy Díaz de Guzmán - Historia argentina del descubrimiento, población y conquista de las provincias del Río de la Plata
1612. Há 412 anos
Norte, se entiende que vuelve a cerrar a la misma costa abajo de la bahía: de aquí a la isla de SanGabriel hay veinte leguas, dejando en medio el puerto de Santa Lucía: esta isla es muy pequeña yde mucha arboleda, y está de tierra firme poco más de dos leguas, donde hay un puerto razonable,pero no tiene el abrigo necesario para los navíos que allí aportan. En este paraje desemboca el ríomuy caudaloso del Uruguay, de que tengo hecha mención, el cual tiene allí de boca cerca de tresleguas, y dentro de él un pequeño río que llaman de San Juan, junto a otro de San Salvador, puertomuy acomodado; y diez leguas por él adelante, uno que llaman Río Negro, del cual arriba, a una yotra mano, entran infinitos, en especial uno caudaloso que tiene por nombre Pepirí, donde es famamuy notoria haber mucha gente que poseen oro en cantidad, que trae este río entre sus menudasarenas. Este río del Uruguay tiene su nacimiento en las espaldas de la isla de Santa Catalina, ycorriendo hacia él medio día se aparta de la Laguna de los Patos para el Occidente por muchasnaciones y tierras pobladas, que llaman Guayanas, Pates, Chovas, Chovaras, que son casi todas deuna lengua, aunque hasta ahora no han visto españoles, ni entrado en sus tierras más de lasrelaciones que de los Guaranís se han tomado. Y corriendo muchas leguas viene este río a pasar poruna población muy grande de indios Guaranís, que llaman Tapes, que quiere decir ciudad: esta esuna provincia de las mejores y más pobladas de este Gobierno; la cual dejando a parte iré por el dela Plata arriba, ciento y cincuenta leguas a la misma mano, por muchas naciones y pueblos dediferentes costumbres y lenguajes, que la mayor parte no son labradores hasta las Siete Corrientes,donde se juntan dos ríos caudalosos, el uno llamado Paraguay, que viene de la siniestra, el otroParaná que sale de la derecha: este es el principal que bebe todos los ríos que salen de la parte delBrasil; tiene de ancho, por todo lo más de su navegación, una legua, en parte dos, baja al pie de 300leguas hasta juntarse con este del Paraguay, en cuya boca está fundada una ciudad que llaman deSan Juan de Vera, que está en altura de 28 grados; de la cual y su fundación y conquista en su lugarharemos mención. Luego como por este río se entra, es apacible para navegar, y antes de cuarentaleguas se descubren muchos bajíos y arrecifes donde hay una laguna a mano izquierda del río quellaman de Santa Ana, muy poblado, hasta donde entra otro muy caudaloso a la misma mano quellaman Iguazú, que significa Río Grande: viene de las espaldas de la Cananea, y corre doscientasleguas por gran suma de naciones de indios: los primeros y más altos son todos Guaranís, ybojeando por el Sur entra por los pueblos de los que llaman Chovas, Muños y Chiquis; tierra fría degrandes piñales hasta entrar en este del Paraná, por el cual subiendo treinta leguas está aquelextraño salto, que entiendo ser la más maravillosa obra de naturaleza que hay, porque la furia yvelocidad con que cae todo el cuerpo de agua de este río; son más de 200 estados por once canales,haciendo todas ellas un humo espesísimo en la región del aire de los vapores que causan: de aquíabajo, es imposible poderse navegar con tantas vertientes y rebatientes que hace, con grandesremolinos y borbollones que se levantan como nevados cerros. Cae toda el agua de este salto en unapeña, como caja guarnecida de duras rocas y peñas, en que estrecha todo el río en un tiro de flecha,teniendo por lo alto del salto más de dos leguas de ancho, de donde se reparte en estas canales, queno hay ojos ni cabeza humana que le pueda mirar sin desvanecerse y perder la vista: óyese el ruidode este salto ocho leguas, y se ve el humo y vapor de estas caídas más de seis, como una nubeblanquizca. Tres leguas arriba está fundada una ciudad que llaman Puerto Real, en la boca de un ríoque se dice Piquirí: está en el mismo Trópico de Capricornio, por cuya causa es lugar enfermísimo,y lo es todo lo más del río y provincia que comúnmente se llama de Guayra, tomado del nombre deun cacique de aquella tierra. Doce leguas adelante entran dos ríos, el uno a mano derecha, que sedice Ubay; y el otro a la izquierda llamado Muñey, que baja de la provincia de Jerez, de la cual, y desu población, a su tiempo se hará mención. El otro viene de hacia el Este, donde está fundada, 50leguas por adentro, la villa del Espíritu Santo, en cuya jurisdicción y comarca hay más de 200 milindios Guaranís, poblados así por ríos, y montañas, como en los campos y piñales, que corren hastaSan Pablo, población del Brasil: y corriendo el río arriba del Paraná, hay otro muy caudaloso, queviene de hacia el Brasil llamado Paraná Pané, en el cual entran otros muchos, que todos ellos sonmuy poblados, en especial el que dicen Atiuajiua, que contienen más de 100 mil Indios poblados deesta nación. Nace de una cordillera que llaman Sobaú, que dista poco de San Pablo, juntándose con [Página 8]

hiciese merced de la gobernación del Paraguay con título de adelantado; y Su Majestad se loconcedió con ciertas capitulaciones, que fueron que había de continuar el descubrimiento, poblacióny conquista de aquellas tierras, para lo cual Su Majestad nombró capitanes que levantasen gente. Locual se hizo, y él se obligó al cumplimiento; y puesto todo a pique partió de San Lucas en cinconavíos de armada el año de 1540, y navegando por ancho mar tocó en la gran Canaria, y CaboVerde; y prosiguiendo su derrota llegó a la línea equinoccial donde tuvo grandes calmas; yrefrescando el temporal, siguió su derrota revolviendo al Austro hasta voltear el Cabo de SanAgustín, y siguiendo su viaje se puso en 28 grados, de donde se fue del Este a Oeste a tomar elpuerto de Santa Catalina. Desembarcó o hizo reseña de su gente, y halló que traía 700 hombres conla gente de la mar, en los que venían muchos caballeros, hidalgos y personas de calidad; y porqueme ha de ser forzoso tratar de algunos en este libro, haré mención de ellos, que son: un primo deladelantado, llamado Pedro de Estopiñán, que el común le llamaba Pedro Vaca: Alonso Riquelme deGuzmán, su sobrino; Alonso de Fuente, hijo de un veinte y cuatro de Jerez; y Antonio de Navarrete,don Martín de Villavicencio y Francisco de Peralta. De Sevilla, Rui Díaz Melgarejo, Francisco deVergara, su hermano, Martín Suárez de Toledo, Hernando de Saavedra, hijo del correo mayor deaquella ciudad, Pedro de Esquivel y Luis de Cabrera. De la de Córdoba, Alonso de Valenzuela,Lope de los Ríos, Pedro de Peralta, Alonso de Angulo y don Luis de Rivera. De Castilla la Vieja, elcapitán García Rodríguez de Vergara, natural de Ontiveros, el factor Pedro de Orantes, por contadorFelipe de Cáceres. De Madrid, el capitán Camargo, Juan Delgado, capitán Agustín de Campos, deAlmodóvar, Jaime Resquin, natural de Valencia. De Trujillo, Nuflo de Chaves, Luis Pérez de Bargasy Herrera. De San Lúcar de Barrameda, Francisco de Espínola, hijo del alcaide de aquel castillo.De Vizcaya y provincia de Guipúzcoa, Martín de Vive Ochoa e Izaguirre; Miguel de Urrutia yEstigariaya: venía por alcalde mayor, Juan Pavón, natural de Badajoz; y por su lugar teniente,Francisco López el indiano, natural de Cádiz, sin otros muchos hidalgos y demás gente ordinaria deque no hago mención. Halló el Adelantado en este paraje dos españoles, de los de la armada de donPedro, que con el hambre y malos tratamientos de los capitanes de Buenos Aires habían venidohuidos; el uno de los cuales era de quien se dijo haber comido a su compañero. De estos se informóel Adelantado de los sucesos de la provincia, con lo que, y acuerdo de los capitanes, se determinó elir por tierra desde aquel paraje hasta la Asumpción, donde residían los conquistadores; y que losnavíos, con la gente de la mar, y alguna otra impedida con las mujeres, se fuesen por la mar hastatomar el Río de la Plata, dejando las dos naos más gruesas en San Gabriel. Y con este acuerdo envióel Adelantado al factor Pedro de Orantes a que le descubriese el camino: el cual saliendo a lo raso ypinales, topó con mucha gente, natural, con quien trabó amistad; y reconocida la tierra, dio vuelta adar aviso al Adelantado de lo que había visto; con cuya relación hizo su entrada por esta vía,tornando por un río llamado Itabucú, por el cual llevó algunas canoas hasta un puerto dondedesembarcó, y juntos con los que iban por tierra, prosiguió su viaje, rompiendo por unos bosquesmuy espesos y cerrados, con grandísimo trabajo: y al cabo de 40 días salió a un alto, y bajando a loraso le salieron los indios de aquella comarca, que llaman de Tatúa, a recibirle; con quienes denuevo confirmaron la paz y amistad: los cuales servían a los españoles de buena voluntad, y lesproveían de toda la comida necesaria, aunque eran más de quinientos hombres, los cuales llevaban20 caballos. Y yendo caminando el Adelantado por aquella tierra otras quince jornadas, llegó a ungran río que llaman Iguazú, el cual atravesó tres veces con mucho trabajo, por tener grandecorriente; y de allí prosiguió adelante otras seis jornadas, y dio con otro río llamado Ativajiba, muypoblado de naturales, donde está un gran pueblo de un indio principal que se dice Abaparí, todagente guaraní. Y vista la mucha que había en aquella comarca, hizo el Adelantado armar una fraguaque llevaba para labrar algún rescate de hazuelas, cuñas, cuchillos, escoplos, agujas y anzuelos, quetodo se estima de estos naturales, para cuyo efecto hizo llevar hasta diez y seis quintales de fierro,repartido en pedazos de a cuatro libras entre los soldados; y proveído de comida fue de Este a Oesteen demanda de un río que llaman Ubuy, y bajando a los indios que estaban poblados en sus riberas,fue muy bien recibido de ellos, los cuales le ayudaron: y pasando adelante, y caminando muchasjornadas por tierra muy fragosa y montuosa, llegó a un río llamado Piquirí, donde hizo alto algunos [Página 35]

fuerte: y sabido por Alonso Riquelme, que estaba a la parte del campo, bien armado con su cota,celada, y rodela, con su espada en la mano, yendo delante acaudillando sus soldados, entró dentro,matando con los suyos a cuantos encontraban. Y a este tiempo la gente de Camargo pegó fuego a lascasas cercanas al fuerte, y corriendo el incendio con gran violencia, llegaba ya cerca de una plazadonde estaba toda la fuerza de los contrarios, que con grande esfuerzo defendían las bocas de lascalles; y rompiendo los nuestros por ellos, ganaron la dicha plaza matando a muchos de losenemigos, los cuales se hicieron fuertes y se pusieron a defender la casa del cacique principal,donde estaban apiñados más de cuatro mil indios, que hacían gran resistencia, sin poderlos rompernuestra gente. Hasta que llegando Melgarejo con su compañía por un lado, les fue apretandofuertemente; los cuales vístose tan acosados, con una rabia infernal cerraron todos juntosdesesperadamente con los nuestros, matando dos soldados e hiriendo a otros muchos, se retiraron ala playa donde se ampararon de las barrancas del río; y acudiendo a ellos Riquelme con los demásque le seguían, les apretó de manera que se huían por donde podían, echándose en el río, ysalvándose los que podían en algunas canoas que allí hallaron, quedando muchos de ellos muertos.Y hecha esta facción con tan buen suceso, acudió al pueblo, donde todavía se peleaba con la genteque dentro de la casa del cacique la defendía, que era muy grande y fuerte; de manera que a buenrato de pelear la entraron los nuestros por todas sus puertas, matando a cuantos la defendían sindejar ninguno a vida, andando los indios amigos en esta ocasión por todo el pueblo saqueando ymatando a cuantos topaban, mujeres y niños, con tanta saña, que parecía exceso de fieras más quevenganza de hombres de razón, sin moverles a clemencia tan grandes alaridos y clamor de tantoscomo mataban, que era en tanto grado que no se oía otra cosa en todo el pueblo. Y acabado todo, loscapitanes recogieron su gente en la plaza, donde ser alojaron; y puestos en un montón todos losdespojos, y traídos allí todos los cautivos que había, se repartió todo a los soldados: hallándose desolas mujeres y niños más de tres mil, y muertos más de cuatro mil: y de los nuestros solo faltaroncuatro españoles, y como ciento cincuenta indios amigos, aunque muchos heridos: con que el Señorfue servido se diese fin a esta victoria, que sucedió a 24 de julio, víspera del Apóstol Santiago, añode 1541.

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24 de julho de 1541, quinta-feira (Há 483 anos)
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Luego todos los pueblos de aquella comarca vinieron a dar la paz y obediencia a SuMajestad, pidiendo les perdonasen; lo cual se les concedió en el real nombre, y en el delAdelantado, con que quedaron por entones pacíficos tal ejemplo.Capítulo IIIDe la entrada que hizo el Adelantado por el puerto de los Reyes, y de algunas discordias ysucesos Acabada la guerra de Tabera con tan buen suceso, estaba el Adelantado muy obedecido yrespetado de los indios de la tierra, aunque muy encontrado con los oficiales reales de Su Majestad,a causa de querer ellos tener tanta mano en el gobierno, que pretendían que el Adelantado no hiciesecosa en él sin su parecer: dando por razón, así lo mandaba Su Majestad, a lo que él respondía notener necesidad de consultarles nada, en razón de cosas menores y ordinarias, porque de otramanera sería discernirles el oficio para que fuesen ellos los gobernadores y no él; y así andaban conrequerimientos con que cada día, se encontraban, llevándolo el Adelantado con más sufrimiento delo que su reputación convenía, por no venir a rompimiento y conseguir sus intentos. No obstanteestas diferencias, resolvieron todos de conformidad, se hiciese una entrada para descubrir si sehallasen algunos minerales de los que tenían noticia; para cuyo efecto mandó el Adelantadoprevenir 400 soldados con sus capitanes, que fueron, de los ya prácticos: Salazar, Francisco Ruiz yJuan de Ortega; y de log chapetones, Nuflo de Chaves, García Rodríguez Valenzuela, y Saavedra, yotra gente particular; y con este número de gente salió el Adelantado, en 4 bergantines, 6 barcas, 20balsas y otras 200 canoas en 13 de diciembre de 1541, llevando consigo algunos cautivos, ycantidad de amigos, así guaranís como de la nación Nagases o Yapirús. Fue a esta jornada elcontador Felipe de Cáceres, veedor Alonso Cabrera y el factor Pedro de Orantes; dejando en laAsumpción el Adelantado a Domingo de Irala su maestre de campo.

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13 de dezembro de 1541, sábado (Há 483 anos)
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Y navegando la armada río [Página 38]

conviniese. Para cuyo efecto se cometió al capitán Alonso Riquelme, el cual saliendo de laAsumpción en un navío, que llamaban la galera, con 60 soldados, y discurriendo por su camino,antes del río de las Palmas, entró por el de las Carabelas que sale al propio Uruguay poco másadelante que el de San Juan; y atravesando aquel brazo llegó a este puerto con mucho aplauso detoda la gente. Hallola muy enflaquecida; y que estaba desconfiada de poder salir de allí con vida,con los continuos asaltos que los indios les daban: por cuya causa, y otras de consideración bienvistas, fueron todos de acuerdo de desamparar por entonces aquel puerto, y se metieron con toda lagente en los navíos que allí tenían; y subiendo río arriba llegaron una mañana a tomar tierra sobreunas barranqueras muy altas y despeñadizas, donde quisieron descansar y comer un bocado,haciendo fuego para guisar. Y estando quince o diez y seis personas sobre aquellas barrancas, sedesmoronaron súbitamente, y cayeron hasta dar en el agua, llevándose consigo toda la gente quearriba estaba: los cuales sin escapar ninguno se despeñaron y fueron abogados, habiendo sido elderrumbo de la tierra tan grande, que alteró todo el río, y le movió de tal manera que la galera queestaba cerca, fue trabucada como si fuera cáscara de avellana; y vuelta boca abajo, con la quillaarriba, fue por debajo del agua más de mil pasos río abajo, hasta que topando el mástil con un bajo,se detuvo en una punta. Donde llegando toda la gente la volvieron boca arriba, y hallaron una mujerque había quedado adentro, siendo Dios servido no se hubiese ahogado en todo este tiempo; en elcual no fue menos el peligro que los demás padecieron con los indios enemigos, que al mismopunto que esto sucedió fueron acometidos de ellos, viendo la ocasión tan a propósito para hacerlesalgún perjuicio: y peleando con ellos los nuestros con gran valor, fueron resistidos y ahuyentados, ycon la buena diligencia y orden de los capitanes, fue Dios servido de librarlos de tan manifiestopeligro. Lo cual sucedió el año de 1552, primero de noviembre, día de Todos los Santos; y otrasveces este mismo día han sucedido en esta provincia grandes desgracias y muertes: por cuya razónguardan en ella inviolablemente la festividad de dicho día y su víspera hasta el otro siguiente, sinmoverse en cosa ninguna, aunque sea de necesidad muy precisa: con que, gracias a Nuestro Señor,se ha visto por evidencia el favor y auxilio con que la Divina Majestad la está socorriendo yayudando.

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1 de novembro de 1552, sábado (Há 472 anos)
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Capítulo XIIIDe una jornada que Domingo de Irala hizo a la provincia de Guayra En este tiempo llegaron a la ciudad de la Asumpción ciertos indios principales de la provinciade Guayra a pedir al General les diese socorro contra sus enemigos Tupís, de la costa del Brasil, quecon ordinarios insultos los molestaban y hacían muy grandes daños, con muertes y robos, con favory ayudas de los portugueses de aquella costa: proponiendo la obligación que había, como a vasallosde Su Majestad de ser amparados y favorecidos; por manera que el General, habido su acuerdo,determinó ir personalmente a. aquella provincia a remediar estos agravios: y prevenido lo necesario,aprestó una buena compañía de soldados y cantidad de amigos, y caminó por tierra con su gente; ypasando por muchos pueblos de indios de aquella provincia, con mucho aplauso y amistad de todala tierra, llegó al río del Paraná, a un puerto que baja sobre aquel gran salto, de que he hechomención; donde los indios vinieron a recibir al General, proveyéndole de comida, y de todo lodemás que había menester. Y traídas canoas y balsas, pasó a aquella parte a un pueblo de un caciquellamado Guayra, de quien fue hospedado. Y convocando a los indios de la provincia, juntó muchacantidad de ellos, y por su consejo y parecer, navegó por el Paraná arriba hasta los pueblos de losTupís; los cuales, con mucha presteza se convocaron y tomaron las armas, saliéndole a resistir pormar y tierra, con quienes tuvo una trabada pelea en un peligroso paso del río, que llaman el Saltodel Ayembí; y desbaratando a los enemigos, los puso en huida, y entró en el pueblo principal de lacomarca con muerte de mucha gente; y pasando adelante tuvo otros muchos reencuentros, con quedentro de pocos días trajo a sujeción y dominio aquella gente. Y después de algunos tratos de paz,prometieron de no hacer más guerra a los indios guaranís de aquel gobierno, ni entrarles por sustierras como hasta entonces lo habían hecho: y despachando por aquella vía del Brasil a Juan de [Página 54 do pdf]

Después que Álvaro Núñez Cabeza de Vaca llegó preso a Castilla de esta provincia, y se viopor el Consejo de Su Majestad su causa, como en otra parte está referido, luego pretendieronalgunos caballeros este gobierno: como fue un noble valenciano, hombre de caudal, a quien se lehizo merced de este proveimiento, aunque luego se le opuso otro caballero, vecino de Trujillo,llamado Juan de Sanabria, el cual por sus méritos pidió que Su Majestad le hiciese merced de estegobierno; de que resultaron entre ambos algunas diferencias, pasiones y desafíos que no tocan alintento de mi historia. Por manera que Su Majestad se sirvió de le conceder a Juan de Sanabria lamerced, con título de adelantado de aquellas provincias, como a los demás que lo habían tenido: yestándose aprestando de todo lo necesario en la ciudad de Sevilla, para salir con su armada, murióde su enfermedad después de haber hecho mucho gasto de su hacienda. Con cuyo fallecimiento lequedó a su hijo, Diego Sanabria, el derecho de la sucesión de este gobierno, por la segunda vida, enconformidad de la capitulación de su padre. Y porque le convino en este tiempo llegarse a la corte anegocios que de nuevo se le ofrecieron; no pudo por la brevedad del tiempo salir personalmente consu armada: y así dio orden que luego saliese del puerto de San Lúcar; y con este acuerdo se hicierona la vela por el año de 1552, en una nao y dos carabelas, en que venía doña Mencía Calderón, mujerque había sido del Adelantado Juan de Sanabria, y dos hijas suyas, llamadas doña María y doñaMencía. Y siguiendo por su derrota, llegaron a las Canarias: venía por cabo de la gente de estaarmada Juan de Salazar de Espinosa, que por negociación que de su parte tuvo, por ser criadoantiguo del Duque de Berganza, le dio licencia Su Majestad para volver a esta provincia con avisoque se dio en Portugal. Pasaron así mismo otros muchos caballeros e hidalgos, entre los cualesfueron, Cristóbal de Saavedra, natural de Sevilla, hijo del correo mayor de ella, Hernando de Trejo;y el capitán Becerra, que traía su mujer e hijos en una nao suya. Y caminando por su derrota conpróspero viaje, llegaron a tomar puerto a la costa del Brasil, y de allí se vinieron a la isla de SantaCatalina, y a la Laguna de los Patos, donde a la entrada de la barra de ella, se perdió el navío deBecerra; y aunque salvó toda su gente, no pudieron dejar de perder todo lo que traían dentro: yllegados a este territorio, por ciertas causas y pendencias que se ofrecieron de parte de Salazar y elpiloto mayor de la armada, le depusieron del cargo y oficio que traía; y nombraron por cabeza ysuperior al capitán Hernando de Trejo. Con las cuales novedades mucha gente se disgustó, y se fueal Brasil; quedando con poca y desacompañado Hernando de Trejo. Y porque de esta arribada sehiciese algún servicio a Su Majestad, fueron de parecer y acuerdo de hacer una población en aquellacosta; con cuya determinación allegó todos los más soldados que pudo Hernando de Trejo, y el añode 1553 fundó un pueblo que llamó de San Francisco.

Fundó un pueblo que llamó de San Francisco
1553, quinta-feira (Há 471 anos)
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Es un puerto el más anchuroso y seguro quehay en aquella costa. Está en 25 grados, poco más o menos, 30 leguas de la Cananea que cae a laparte del Brasil, y otras tantas de Santa Catalina que tiene a la parte del Río de la Plata: es todaaquella costa muy montuosa, y cercada de grandes bosques. La cual población se continuó con laasistencia de Hernando de Trejo, que en este tiempo se casó con doña María de Sanabria, hija delAdelantado; de cuyo matrimonio hubieron y procrearon al Reverendísimo Señor don Fray Fernandode Trejo, Obispo de Tucumán, que nació en aquella provincia. Puesta en efecto la población, se dio luego aviso a Su Majestad de lo sucedido, de que se tuvopor muy bien servido, por ser aquella una escala muy conveniente para la conquista y población deaquella tierra, y su comercio hasta el reino del Perú, y las demás partes occidentales. Luego el añosiguiente padecieron los pobladores muchas necesidades y trabajos, y como era toda gente de pocaexperiencia, no se daban ninguna maña a proveerse en las necesidades, ni a buscar de comer enaquella tierra: siendo, como es, tan abastecida de caza y pesquería. Y quien más esto sentía eran lasSeñoras doña Mencía, y otras de particulares que estaban en aquella población: por cuyaspersuasiones y continuos ruegos, se movió Hernando de Trejo a desamparar aquel puerto, ydespoblar la fundación que tenía hecha. Y conformándose todos en ello, lo pusieron en efecto,determinados a venirse por tierra a la Asumpción. Salieron, pues, su camino la mitad de la gente conlas mujeres por el río del Itabucú arriba, y la otra mitad por tierra, hasta la falda de la sierra; conorden que cada noche se juntasen en su alojamiento. Y así caminaron por el mismo camino deCabeza de Vaca; hasta que un día, de los que iban por tierra con el capitán Saavedra, sucedió que [Página 58]

despachó al capitán Pedro de Segura con los pliegos y despachos que se enviaron al real consejo; ypara que bajo de sus órdenes fuesen los pasajeros que habían de ir a Castilla, y traer todo lo que enla nao había quedado de armas y municiones de Su Majestad, que enviaba para el sustentó yconquista de está Provincia. Y así salió de esta ciudad en un bergantín, con una compañía desoldados, donde así mismo iba el capitán García Rodríguez para Castilla, por orden del Rey, y donDiego Barúa, del orden de San Juan, por llamamiento de su Gran Maestre: para lo cual, y lo demásque acerca de la real hacienda se había de traer, se le dio por el Gobernador y oficiales reales aPedro de Segura, la comisión y despacho conveniente; en virtud de la cual, habiendo llegado dondeestaba la nao proveída de lo necesario, embarcó la gente y pasajeros y la despachó. También seembarcó en este navío Jaime Resquin de quien ya hemos hecho mención; el cual llegado a Castillafue proveído por Gobernador de esta provincia: y por ciertos sucesos que en el mar tuvo, no llegócon su armada a ella, siendo una de las mejores Y más gruesas que habían salido para estaconquista. Despachada, como tengo dicho, la nao y pasajeros, volvió el capitán Pedro de Segura ensu bergantín el río arriba, trayendo en su compañía las personas que habían venido de Castilla, yquedaron en la nao: entre los cuales venía el capitán Gonzalo de Acosta con dos hijas suyas, que launa de ellas casó con el contador Felipe de Cáceres. Llegó a la Asumpción este hidalgo portugués,que había ido por capitán en la carabela en que fue preso Álvaro Núñez Cabeza de Vaca, y pororden de Su Majestad volvió por piloto mayor de la armada a esta provincia, que con prósperosuceso hicieron su viaje hasta tomar la boca del Río de la Plata. Fueron repartidas muchas dedichas armas a los soldados y personas que las habían menester, en moderados precios, con acuerdoy parecer de los oficiales reales y del Gobernador. Después de lo cual despachó Domingo de Irala alcapitán Nuflo de Chaves a la provincia de Guayra, para que redujese a los naturales de aquellatierra, y remediase el desorden de los portugueses del Brasil que tenían entrado en los términos deeste gobierno, asaltando los pueblos de los indios naturales, para llevarlos presos y cautivos alBrasil, donde los vendían y herraban por esclavos. Y con esta orden salió Nuflo de Chaves con unacompañía de soldados, y llegó al río del Paraná, poniendo en orden aquella tierra, y procurandoconservar la paz y amistad de los naturales; y con su acuerdo pasó adelante, y entró por otro río queviene de la costa del Brasil, llamado Paranapané, muy poblado de grandes y gruesos pueblos, dequienes fue bien recibido: y dejando este río, navegó por otro, que entra en él a mano derecha,llamado Atibajiba, muy caudaloso y corriente de muchos arrecifes y saltos, todo el poblado de unamultitud de indios: y pasando por ellos, llegó a los fronterizos, que estaban con fuertes palizadas,por sus enemigos Tupís y Tobayarás del Brasil y de los portugueses de aquella costa. Dondehabiéndolo asegurado con papeles y cartas que les dio, para aquella gente, fue revolviendo por otrorío, y saltando en tierra en los pinales de aquel territorio, visitó a los indios que por allí había, ypuso freno a la libertad y malicia de sus enemigos, que como tengo dicho los molestaba. Hechoesto, dio vuelta por otro camino, y llegando a una comarca de indios que llaman Peabeyú,determinaron dar sobre él; y un día, estando alojado, acometieron al real gran multitud de indios,inducidos de un hechicero que ellos tenían por santo, llamado Cutiguara, que les dijo que losespañoles traían consigo pestilencia y mala doctrina; por lo cual se habían de perder y consumir, yque toda la pretensión de ellos era quitar a los indios sus mujeres y hijas, y reconocer aquellastierras, para venirlas después a poblar y sujetar. Y con esto se convocaron para hacerles guerra; ycon confianza de salir vencedores, se pusieron en campaña, y cercaron a los españoles, y con talfuria y determinación los acometieron, que si Nuflo de Chaves no se hubiera fortificado, sinninguna duda los acabaran aquel día: mas defendiéndose los nuestros con gran valor, fue Diosservido librarlos de este aprieto, donde mataron muchos enemigos, con pérdida de alguna gente dela nuestra, y de tres españoles. Y saliendo de este distrito, bajó a unos palmares que cortan aquellatierra, muy ocupada de pueblos de indios, con los cuales tuvo algunos reencuentros; ypacificándolos con buenas razones y dádivas, los redujo y dejó en paz y quietud, trayendo consigoalgunos indios principales, y, cabezas de aquella tierra a la ciudad de la Asumpción, donde todosellos fueron bien recibidos y tratados del Gobernador. [Página 62 do pdf]

Capítulo III

De las poblaciones que en este tiempo mandó hacer el Gobernador, y de lo que en ellas sucedió Habiendo considerado el Gobernador la mucha gente española que había en la tierra, y lapoca comodidad qué tenían, por no haberles cabido parte de las encomiendas de indios que habíarepartido en aquella ciudad; y tomado acuerdo y parecer de lo que en esto se debía hacer,consultándolo con el prelado, y oficiales reales y demás capitulares, fue acordado se hiciesenalgunas poblaciones donde se pudiesen acomodar los que quisiesen y estaban desacomodados, Conesta resolución señaló una población en la provincia de Guayra, por ser escalón y pasaje del caminodel Brasil, reduciendo en un cuerpo la poca gente que allí había quedado en la villa del Ontiveros,con la que de nuevo despachase para esta nueva población; la cual cometió el Gobernador al capitánRui Díaz Melgarejo.

Otra fue acordado se hiciese en la provincia de los Jarayes, por el río delParaguay arriba, 300 leguas de la Asumpción, por ser uno de los mejores territorios de aquelgobierno, y más vecino al Perú, y a las demás noticias de riqueza que tenía por aquella parte. Paracuyo efecto nombró el Gobernador a Nuflo de Chaves por general; y publicadas las jornadas ypoblaciones, se alistaron muchos soldados y vecinos de la Asumpción; y aderezados y puestos apunto, partió el capitán Melgarejo con 100 soldados para su jornada. Y llegado al puerto del Paraná,pasó a la otra parte de aquel río, a los pueblos que llaman de Guayra; y consideradas las partes ydisposición de aquella tierra, hizo su fundación tres leguas más arriba de la villa de Ontiveros, y lallamó Ciudad Real, donde agregó y redujo la gente que en ella había, por estar mal situada, y tancerca y vecina de aquel peligroso salto. Y aunque el lugar donde se hacía esta fundación no eraaventajado, con todo era mejor que el otro, lo cual se hizo por el principio del año de 1557.

Estátoda rodeada de grandes bosques y arboledas, sobre el mismo Paraná en la boca del Río Piquirí, deconstelación enferma, porque demás de los vapores que salen de aquellos montes, está en el trópicode capricornio, por cuya causa es el sol muy dañoso y perjudicial, causando por el mes de marzoagudas fiebres, pesadas modorras y calenturas, aunque los naturales no son muy afligidos, y lassobrellevan mejor, y así se halló aquel río muy poblado de naturales: supliendo esta incomodidad laabundancia que en él hay de mucha caza y pesquería, y todo género de volatería. Algunos pueblosde aquel río se retiran por los meses de marzo y abril a otros ríos que vienen de la tierra adentro, quetodos son muy poblados, y de más saludable constitución, por estar en más altura. Fueronempadronados en esta provincia, en todos los ríos comarcanos a esta ciudad, 40 mil fuegos,entendiéndose cada fuego, por un indio con su mujer e hijos; aunque siempre corresponden a muchomás, los cuales fueron encomendados en 60 vecinos, que por algunos años estuvieron en gransosiego y quietud, y muy bien servidos y respetados de todos los indios de aquella provincia; y tanabastecidos de los frutos de la tierra, como de vino, azúcar, algodón, cera y lienzo que tejían en lostelares, que eran tenidos por los más acomodados de aquella gobernación. Hasta que por discurso detiempo les fue faltando el servicio personal, y los naturales comarcanos del río, con las continuasjornadas y salidas que hacían, y trabajos ordinarios que les daban, ocasionaron a esta ciudad muygrande diminución y miseria, como en el discurso de este libro se verá, con otras cosas que enaquella tierra sucedieron.

Capítulo IV

Cómo salió el capitán Nuflo de Chaves a la población de los Jarayes, y lo que en ella ejecutó Habiéndose aprestado Nuflo de Chaves para la población y conquista que le estaba cometida,con toda la gente que se le había ofrecido a ir en su compañía, salió de la Asumpción este mismoaño de 1557 con 220 soldados, y más de 1500 amigos, y copia de caballeros, armas y municiones; yembarcados los que iban por el río en doce barcas de vela y remo, y muchas canoas y balsas,navegaron con próspero viaje, y los de por tierra se fueron hasta tomar el puerto de Itatin con losindios amigos que llevaban; se embarcaron en los bajéles referidos, hasta reconocer la sierra de losGuajarapos, los cuales salieron de paz en sus canoas, y pasando adelante llegaron a las bocas de dos o tres ríos o lagunas, y no acertaron a tomar el principal de su navegación. Entraron por una quellaman el Aracay, el cual está muy poblado de unos indios canoeros llamados Guatos; y vista lacomodidad que se les ofrecía, hicieron una celada a la armada, metiendo sus canoas debajo degrandes balsas de eneas, y cañahejas que hay por aquel río, donde encubierta mucha gente de indiosaguardaron a que pasase toda la fuerza de la armada: y repentinamente saliendo de su emboscada,acometieron a la retaguardia, y trabándose una pelea muy reñida entre los unos y los otros, matandolos enemigos once españoles, y más de ochenta indios amigos, se retiraron victoriosos del sucesoque fue en 1º de noviembre, día de Todos los Santos (muy aciago en aquella provincia). k3097Y tornandola armada a tomar el río principal, fueron por él adelante con ordinarios trabajos, digo, rebatos que acada paso tenían con aquellas naciones y con los que llaman Payaguás; y pasando el puerto de losReyes llegaron a la isla de los Orejones, donde descansaron algunos días: y continuando su derrotatomaron el puerto de los Perabazanes, provincia de los Jarayes, donde desembarcaron en tierra, ymirando la disposición de ella para hacer su fundación no hallaron sitio a propósito; y así fue deparecer Nuflo de Chaves, con otras personas del consejo, correr primero aquella tierra antes dehacer la planta de su población; y con este acuerdo salió con toda la gente de su armada por la tierraadentro, dejando en confianza de los indios Jarayes las embarcaciones, pertrechos y vituallas queallí tenían que no podían llevar con comodidad. Y entrando por aquel territorio, llegaron a unpueblo muy grande que llaman Paysurí, que es el indio principal de aquella comarca, quien les salióa recibir de paz y amistad. Y siguiendo su derrota llegaron a los pueblos de los indios Jaramasis,donde aguardaron algún tiempo, hasta la cosecha del maíz; y cogida, salieron de aquel distrito, yfueron revolviendo hacia el Poniente pro algunos pueblos de indios quienes tomaron lengua dealgunas noticias de riqueza de muchos metales de plata y oro, y de cómo por aquella frontera yserranías del Perú había indios Guaranís, que llamaban Chiriguanos: con la cual relación caminó elgeneral con su campo por unos bosques muy ásperos en demanda de unos indios que se dicenTravasicosis, y por otro nombre Chiquitos: no porque lo son, sino porque viven en casas muypequeñas y redondas, y es la gente más belicosa e indómita de aquella provincia, con quienestuvieron grandes reencuentros y escaramuzas, procurando impedir el pasaje de los nuestros, y se lesantepusieron en una fuerte palizada, convocados todos los indios de aquella comarca. Lo cual vistopor el general y sus capitanes, determinaron romper con ellos, ganar la palizada, y dominar lasoberbia y arrogancia de aquella gente, para ejemplo de las demás naciones de aquella tierra; puestoque sabían la mucha fuerza de gente que tenían, y la suma de flechería, de yerba venenosísima conque acostumbraban a tocar sus armas, picas, dardos, etc., de que se aprovechaban para sus guerras;y así mismo usaban hincar muchas picas en la tierra a la redonda de sus palizadas y fosos, con queentraban a la palizada a pie o a caballo, matando toda la gente que encontraban, y llegando a ella larompieron por muchas partes hasta meterse dentro, donde se peleó cruelmente con aquellos fieros eindómitos naturales; y después de ser muy reñida y porfiada la pelea, fueron vencidos ydesbaratados, saliendo mucha indiada, huyendo de la palizada a otros pueblos circunvecinos,haciendo una grande presa de indios e indias, aunque no les salió a los nuestros este negocio muybarato. Porque demás de los que allí fueron muertos, salieron muchos heridos, así españoles, comoindios, y casi todos los caballos, que los más murieron rabiando de aquella venenosa yerba; porcuya causa, y por tener el puerto de los navíos muy distante, trataron en el campo de volverse a laprovincia de los Jarayes, que era la parte, que les fue asignada para su población: con cuyo acuerdose lo representaron y pidieron al General, el cual por ninguna manera lo quiso hacer, sino pasaradelante hasta los confines del Perú, con intento según pareció de substraerse del Gobierno del Ríode la Plata, y hacer distinta aquella provincia, haciéndose cabeza y superior de ella, como adelanteveremos.Capítulo VCómo en este tiempo murió el gobernador Domingo de Irala; y lo que sucedió a Nuflo de de Chaves [Páginas 63 e 64 do pdf]

preseas y ropa de colores que ellos estiman, por lo que vinieron a darlos. Y sacando las barcas ycanoas mandó el General pasasen a la otra banda veinte arcabuceros para asegurar el paso; y hechocon diligencia, fueron atravesando el río con buen orden y pasó el campo con todo el ganadovacuno, yeguas, etc., que traían. Al otro día partieron del puerto, y caminando por sus jornadas,llegaron al primer puerto de la provincia del Itatin, el cual hallaron sin gente, por haberla retiradocon la ocasión de sus malos intentos: y pasando adelante hacia el pueblo principal de aquel distrito,reconocieron los nuestros que estaban metidos en una gruesa emboscada por el lado de un boquerónde quebrada; y así todos fueron marchando con mucho recato y buen orden, cerrados losescuadrones en cinco mangas: hasta que a las diez del día comenzaron los enemigos a acometer porla vanguardia en la que iba el General; juntamente dieron por la vanguardia, y al mismo tiempo porla retaguardia, y esto con tanta fuerza y furor que iban hiriendo a los nuestros, y de tal manera queles parecía imposible poderles resistir. Pero esforzados con el valor de Dios, y el ánimo y valorespañol, pelearon a pie y a caballo, de suerte que con matarles mucha gente a los enemigos, no sereconoció por grande espacio ventaja. En cuya ocasión el buen Obispo andaba muy solícito por elcampo, esforzando a los soldados, junto con otros religiosos, con palabras dignas de quien las decía.Con lo cual se fue ganando tierra al enemigo, procurando el General llevar el bagaje muy apretado yrecogido en medio de la batalla, con las municiones, mujeres y demás gente que no era de pelea;guarnecido con muy buena arcabucería, llevando los nuestros conocida ventaja, aunque muchosmuy heridos. Y apretando la pelea con valor, comenzaron a huir los enemigos repentinamente, sinque los nuestros pudiesen entender la causa; dejando el campo por nuestro, hasta que de ellosmismos se supo, que la causa de su huida fue el no poder resistir al furor y denuedo de un caballero,que lleno de resplandor, con tal velocidad los alanceaba, que no parecía sino un rayo. Túvose porcierto que aquel caballero y socorro fue el apóstol Santiago, o el bienaventurado San Blas, patrón deaquella tierra; y como quiera que fuese, el socorro fue del Altísimo Dios, que no permitió perecieseallí aquel buen pastor con sus ovejas, dándoles victoria de más de 10000 indios. Lo cual sucedió a12 de noviembre de 1568.

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1 de janeiro de 2023, domingo (Há 1 anos)
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Y por todo aquel camino adelante, siempre tuvieron los nuestrosreencuentros con los enemigos; y aunque siempre salieron con victoria, y llevaban estos en lacabeza, no por eso dejaron de seguir la armada, armándola cada día mil celadas, y dándolacontinuos rebatos, hasta que llegaron a un río que llaman de Jejuí, 24 leguas de la Asumpción,donde fueron saliendo algunos indios de paz. De allí dieron aviso a la ciudad, pidiendo algunasbarcas y canoas en que pudiesen bajar, como en efecto se hizo; echando el General por tierra lagente más suelta, con los caballos y demás ganados, hasta tomar el puerto tan deseado. El capitánJuan de Ortega con los demás caballeros de la república, recibieron con mucho aplauso al Obispo yGeneral, aunque entre los dos venían muy discordes, puesto que por entonces lo disimulaban; perono pudieron dejar de manifestar lo que tenían encerrado en sus pechos, como se dirá en el discursoadelante. Luego que llegó el General mandó juntar a cabildo, y sin desarmarse ni descansar unmomento, se hizo recibir al uso y ejercicio de su oficio, con que por entonces quedó en pacificaposesión del gobierno, que fue al principio del año de 1569; nombrando por su lugarteniente aMartín Suárez de Toledo, y por alguacil mayor de provincia al capitán Pedro de la Puente:acudiendo en todo lo demás a las cosas de la república, como convenía al real servicio; como máslargamente se dirá adelante.Capítulo XVIDe un tumulto que se levantó contra el capitán Alonso Riquelme, y del socorro que se le hizo Después que el capitán Riquelme hubo allanado las alteraciones pisadas de los indios de laprovincia de Guayra, a cuyo gobierno, como queda, dicho, fue enviado por el Gobernador Franciscode Vergara, y por su lugar teniente estuvo en ella con toda paz y quietud, gozándola también losvecinos y encomenderos, hasta el año de 1569, que hubo ciertas novedades entre ellos, cuyo origenfue de esta manera. Habiéndose descubierto en aquella tierra unas piedras cristalinas que se críandentro de unos cocos de pedernal muy apretados y juntos, con puntas piramidales de diferentes [Página 79]

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