' “Desde el Titicaca hasta el Guayrá: El gran viaje de Santo Tomás según dos cronistas”, Marcela Pezzuto* - 01/06/2016 de ( registros) Wildcard SSL Certificates
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“Desde el Titicaca hasta el Guayrá: El gran viaje de Santo Tomás según dos cronistas”, Marcela Pezzuto
junho de 2016. Há 8 anos
interpretarse como una arbitraria decisión del narrador, se llena de sentido si seanaliza el microtexto a la luz de consideraciones utópicas. Desde esta perspectiva,el testimonio que brinda Ruíz de Montoya acerca de la presencia pretérita deSanto Tomás contribuye a reforzar el ya mencionado postulado jesuita de lainexistencia de la ignorancia invencible de Dios en ninguna población. Comomarco para interpretar cabalmente la inserción de la narración del Santo esnecesario considerar el capítulo que la antecede:..., dimos principio allí a una reducción que intitulamos San Francisco Javier,que en pocos meses creció (...), a donde también se recogieron aquellas bestiasfieras, y se domesticaron, volviendo en ovejas mansas, haciendo esta mudanzala divina palabra y el bautismo que todos recibieron, creciendo cada día en lafe, en la virtud y en amor nuestro27.Y, lógicamente, debe tomarse en cuenta el capítulo posterior:Ibanse adelantando mucho los nuevos cristianos con la continua predicacióndel Evangelio, y entablóse muy buenas costumbres. Una, y muy loable fue, quebien de mañana oyesen todos Misa, (...)28.La tradición del Apóstol afianza el valor y la fuerza de la prédica en tiemposanteriores y posteriores a la conquista. El relato del pasaje del Santo posee en suesquema compositivo tres tipos de narradores: testigo, colectivo (correspondiendoa la voz plural de la comunidad religiosa) y, finalmente, objetivo.1) Narrador testigo:...de que adelante diré. / En empeño me han puesto mi deseo de seguir el rastro.../ Saliera del carril de la brevedad que deseo en esta narración simple (...) Tocaréalgunos fundamentos... / El empeño en que me ha puesto, el tratar de SantoTomé, me obliga a decir (...) Y no juzgo haber salido de mi intento... / ...sólo unoreferiré un milagro ... Yo tengo en mi poder un pedazo desta milagrosa cruz.../Con esto he concluido con la cruz (...); ahora volveré a mis reducciones, deseosode que alguno tome este rasguño para tratar esta historia con fundamento.El yo narrador se extiende, abrevia, manifiesta anhelos y ejemplifica. A travésde la primera persona el yo se constituye en voz comprobatoria que atestiguaacerca de la veracidad de los signos y señales dejados por el Apóstol:

Yo no las he visto huellas en la peña de la playa de San Vicente / En la provincia de Chachapoyas, donde yo estuve (...) está una losa grande... / ..., lo cual tengo por muy probable adoración del ídolo de Tangatanga, manifestación de tres personas en una... / Yo tengo en mi poder un pedazo desta milagrosa cruz, con testimonios ciertos...

2) Narrador colectivo: la primera persona plural representa la voz de la comunidad misionera. Montoya canaliza el discurso de los jesuitas:

...íbamos haciendo nuevas entradas a gentiles,... /...,salimos el P. Cristóbal de Mendoza y yo a la provincia de Tayatí,... / Hicimos allí una población muy buena, que fue escalada para otras que hicimos en aquella provincia. / ..., vimos mis compañeros y yo un camino que tiene ocho palmos de ancho,... /...,vimos mis compañeros y yo un camino que tiene... / ...el camino de Santo Tomé, y nosotros hemos tenido la misma relación de los indios de nuestra espiritual conquista.

3) Un último ejemplo de diversidad narradora lo constituye el uso de la vozimpersonal. Mediante esta manifestación, el narrador deja de lado lo vivencial delalegato y retoma un tono de pretendida objetividad propia de una crónica. Así,se aleja de lo testimonial, de lo personal y asume el texto desde la perspectivadel informante:..., nos dijeron que por tradición (...) Santo Tomé pasó por aquellas partes..../..., dice, que un hombre de grande estatura,... / ...:es voz constante de tradiciónmuy antigua,... / No se puede dudar que... / ..., y así es muy digno de creer que.../ A la objeción se puede responder que... / Consta por tradición que...Además de estas manifestaciones narrativas, Ruíz de Montoya utiliza otros dosrecursos que tienen por objetivo resaltar la figura del yo narrador: A) la cita deautoridades y B) la identificación.A) se observan dos tipos de citas: las de San Marcos y Santo Tomás29 y las deautores reconocidos30 orientadas a dar testimonio valedero de la tradicióndel Santo en América. [Páginas 16 e 17]

única referencia en América de expresiones semejantes a las de la fe católica41.Situación semejante se produjo ante el hallazgo de cruces que muchos cronistasidentificaron rápidamente con la cristiana42.En cuanto al trayecto que el Apóstol realizó, Montoya describe el inicio desu peregrinaje en tierras del Brasil: ...el santo Apóstol empezó a caminar portierra desde la isla de Santos, sita al Sur,...43; ...Santo Tomé predicó en todo elOccidente, empezando del Brasil (pasando naturalmente en embarcaciones de losromanos, que por la costa de África (como dicen algunos) tenían comunicacióncon la América, o que Dios por milagro lo llevase, (que se puede tener por máscierto). Pasó al Paraguay, y de allí a peruanos;...44

También relata su paso por Paraguay

A más del célebre camino que, según la imaginación de los jesuítas, había sido recorrido por Santo Tomás desde la costa del Brasil hasta la provincia de Tayaoba, en el Guairá, había cerca de Asunción un cementerio y un pozo (...) en el cerro de Paraguarí, una capilla abierta (...) en el paraje llamado Mbae pirungá, las huellas de los pies del Apóstol (...) y en el pago de Tacumbú (...), varias piedras (...) Desde el Paraguay se suponía que Santo Tomás había tomado el rumbo del Perú (Gandía, 1929, op. cit.).

, donde perdura la tradición de quefue el Santo quien les entregó la mandioca pero que debido al mal trato quelos gentiles dieron al discípulo fueron castigados: ...que aquellas raíces demandioca habían de sazonar en muy pocos meses; pero que en castigo lalograrían en un año, y así pasa el día de hoy46. Una vez más, para certificarla tradición, Montoya cita al prelado de la diócesis de Asunción, Lorenzo deMendoza.Todo el capítulo XXIII está dedicado específicamente a señalar los rastrosque Santo Tomás dejó en el Perú. Allí Montoya describe el trayecto desde Cacha,pasando por Cuzco, hasta llegar al adoratorio del Sol (es decir, Copacabana) enel Lago Titicaca. Relata también el motivo por el cual el Apóstol levantó en elpueblo de Carabuco una cruz y las consecuencias que les acarreó a los indígenas. [Página 20]

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